Hemorroides externas: todo lo que debes saber.
Las hemorroides se originan como consecuencia de un aumento de la presión en los vasos del tramo final del aparato digestivo.
Las hemorroides son alteraciones que afectan a las venas que se encuentran en el recto y en el ano, inflamándolas. Este trastorno tan frecuente también recibe el nombre de almorranas.
Asimismo, podemos diferenciar entre hemorroides internas (en el interior del tracto intestinal) y externas (se sitúan por fuera del ano).
Síntomas de las hemorroides externas.
Las señales más frecuentes que presentan los pacientes con este trastorno son las siguientes:
Estreñimiento o dificultad para realizar la defecación.
Presencia de sangre en las heces o en el papel higiénico. Así, se ha formado una pequeña rotura en los vasos sanguíneos afectados.
Molestia que varía en intensidad ante distintas actividades o posiciones. Por ejemplo, empeora cuando el paciente se encuentra sentado o durante la defecación. Asimismo, se agrava ante la formación de un coágulo en la hemorroide externa.
La inflamación de las venas anales aparece en forma de abultamientos de un color oscuro por fuera del ano. Por otra parte, presentan una alta sensibilidad y producen una sensación de picazón en la zona.
Causas de las hemorroides externas.
Por norma general, las hemorroides surgen a partir de un aumento de la presión de la región rectal o anal. De esta manera, podemos señalar una lista de los causantes más comunes de esta alteración:.
Alteraciones que afecten al aparato digestivo. En especial, el estreñimiento del paciente (normalmente por una dieta poco saludable) o un sobreesfuerzo durante la defecación.
Estar sentado durante unos periodos largos de tiempo, ya sea en el trabajo o realizando determinados deportes. Por ejemplo, el ciclismo o la equitación.
Cambios hormonales durante la evolución del embarazo.
Uso de ciertos fármacos o medicamentos. Ciertos compuestos químicos pueden producir efectos secundarios en el paciente en cuestión.
Predisposición genética. Los individuos que tengan algún pariente que haya padecido cualquier tipo de hemorroides son más propensos a padecerlas.
Sobrepeso u obesidad. El aumento de la masa corporal ejerce una presión aumentada sobre los vasos sanguíneos, pudiendo afectar a la región anal.
Diagnóstico de las hemorroides externas.
El equipo médico puede llevar a cabo una serie de pruebas médicas a fin de identificar esta patología y descartar otras posibles alteraciones:.
Examen físico. Los especialistas pueden apreciar los bultos formados por venas hinchadas y comprobar los síntomas del paciente.
Colonoscopia. Durante esta prueba se introduce por el ano del paciente un fino cable que posee una cámara en un extremo. Así, se pueden descartar otras enfermedades más graves, como el cáncer de alguna parte del intestino grueso.
Tratamiento de las hemorroides externas.
Actualmente existen diferentes medidas a tomar con el objetivo de aliviar los síntomas que pueda presentar el paciente. Los más comunes son:.
Tomar varios baños al día con agua fría para aliviar la molestia y la picazón anal. También se pueden utilizar compresas a una baja temperatura en la zona para conseguir el mismo efecto.
Mantener una higiene anal adecuada, utilizando papel higiénico para limpiar la región tras la defecación. Así, se evita o reduce el desarrollo de una infección en las zonas afectadas.
Medicamentos o fármacos que reduzcan el dolor que produce la hemorroide (analgésico). Puede aparecer tanto en forma de pomada local como de píldora oral. También pueden recetarse otras sustancias que ayuden a producir heces más blandas, ayudando a realizar la defecación.
Consumir una dieta saludable que incluya todos los nutrientes necesarios e ingerir la cantidad de agua necesaria. Con estas medidas conseguimos favorecer el tránsito intestinal y solucionar el posible estreñimiento.
En los casos clínicos más graves o complicados el equipo médico puede llegar a recomendar una intervención quirúrgica. A este proceso se le llama hemorroidectomía y en ella se extirpa la hemorroide que no ha respondido a los tratamientos mencionados anteriormente.
Prevención de las hemorroides externas.
Por otra parte, podemos adoptar una serie de pautas con el objetivo de disminuir el riesgo de desarrollar hemorroides (de cualquier tipo). Por ejemplo, consumir una dieta saludable que contenga todos los nutrientes necesarios y realizar una actividad física moderada.
Asimismo, debemos mantener una postura adecuada y cambiarla tras un corto periodo de tiempo. Es importante consultar con el equipo médico ante la sospecha de hemorroides puesto que pueden sangrar o esconder varices en el plexo anal.
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